La digitalización de la construcción
Artículo de opinión.
Estefanía Ondicol, ingeniera industrial y técnico de proyectos en AEICE.

UNO DE LOS PRINCIPALES RETOS PARA EL SECTOR
El sector de la construcción es uno de los menos digitalizados, y de ello dan cuenta los datos registrados al respecto, ya que España ocupa el undécimo puesto en Europa en el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales de 2020, tras haber perdido un puesto en este ranking, respecto al año anterior. Dicho marcador, que mide el progreso y el nivel de competitividad digital de la Unión Europea de cada uno de los países a través de cinco áreas, revela que, a pesar de contar con el capital humano necesario, aun hay valores por debajo de la media, en la integración de la tecnología digital en nuestras empresas.
Así, en los últimos 20 años, a pesar del aumento medio del 1% de la productividad del sector constructivo, este ha resultado insuficiente, frente al 2,8% de la economía global. Esta mínima evolución surge como consecuencia de la escasa digitalización, y también de las grandes complicaciones que ha sufrido el sector en los últimos años, de las que todavía se está recuperando.
A pesar de lo anteriormente dicho, se van realizando cambios de manera paulatina, utilizando nuevas fuentes de datos y tecnologías digitales, metodologías y herramientas que permiten aumentar el rendimiento, la eficiencia y la productividad de las empresas de la construcción, las cuales deben asumir su responsabilidad en esta tarea, y ser conscientes del gran potencial del sector y de su importancia económica para la sociedad.
Estos avances ofrecen la oportunidad de contar con una ventaja estratégica a través de la innovación, que se convierte en clave para la adaptación a una sociedad que gestiona el cambio como marca diferencial para enfrentarnos al presente y al futuro.
El Clúster de Hábitat Eficiente, AEICE, es consciente de la importancia de tener iniciativa en ese proceso de adaptación tecnológica y actuar como impulsor de la transformación junto a sus socios, a través de la innovación en los modelos de negocio, creando nuevos
productos y servicios habilitados por la digitalización; y mediante la mejora de los procesos operativos, aumentando la eficiencia y los resultados gracias a la tecnología.
Un buen ejemplo es la herramienta BIM (Building Information Modeling), una metodología colaborativa de trabajo diseñada para la creación y gestión de proyectos de construcción, que permite centralizar toda la información relativa a un proyecto en soporte digital: desde el diseño, el presupuesto y el impacto ambiental, hasta la información sobre el desarrollo de los plazos, los volúmenes, el mantenimiento y el resto de fases del proyecto.
BIM permite la integración de la información y constituye un gran avance en tecnología, en cuanto a las posibilidades de eficiencia y de control para los proyectos de construcción y, tras haberse potenciado su implantación en diferentes países, está llamada a convertirse en un método fundamental del sector. De hecho, la Comisión Europea ha potenciado su utilización, creando una estrategia junto a la Directiva Europea de Contratación Pública 2014/24/UE que, en su artículo 22, abre la posibilidad de que los estados miembros exijan su uso y fomenten su impulso desde las administraciones
públicas. En este sentido, desde 2019, en España todos los proyectos de edificación de más de dos millones de euros que se realicen con financiación pública, deben estar implantados a través de esta herramienta.
Gracias al Observatorio de Implementación BIM en España, creado en 2017 y cuyo objetivo es el monitoreo de la inclusión en las licitaciones públicas, se observa una
clara disparidad en cuanto a su utilización por parte de las diferentes comunidades autónomas, siendo Cataluña la que lidera el número total de licitaciones acumuladas,
con el 41% del total, seguida de la Comunidad Valenciana (13%), Madrid (9%), y Andalucía (9%).
Es evidente que a Castilla y León todavía le queda un largo camino por recorrer. Partimos de la base de que algunos profesionales consideran que el coste de implementación de BIM es elevado, en cuanto a la preparación y capacitación de los trabajadores, o debido al cambio de los procesos que requiere y las posibles pérdidas iniciales en productividad. Pero durante la celebración de la quinta edición de BIMTECNIA 2020, desarrollada en
diciembre de 2020 por AEICE bajo el título “¿Realmente las nuevas tecnologías digitales ayudan a mejorar la competitividad del sector?” se pudo constatar que existen perfiles profesionales preparados para implementar esta tecnología y para aportar experiencia
a su organización. Además, su utilización permitirá contar con un modelo central unificado que optimizará tiempos y corregirá errores -reduciéndoles hasta en un 21%-, y también aumentará la productividad y mejorará la calidad del proyecto final. Es decir, que supone un valor añadido en materia de negocio, de innovación, de un mejor servicio para los clientes y de capacitación de los equipos de trabajo.
Pero vayamos más allá… En la industria de la arquitectura, ingeniería y construcción (AEC) también se está llevando a cabo una transformación que se enfoca, principalmente, en la mejora de los procesos, en alcanzar un nivel de excelencia en cuanto a calidad de productos y servicios, y en aportar a nuestros clientes una experiencia satisfactoria a través de la gestión de la organización, es decir, a través de la utilización de LEAN CONSTRUCTION.
Dicha herramienta llega para optimizar los proyectos, a pesar de lo variante de nuestra industria de la construcción, a través de una línea de acción colaborativa. Así nació la Comunidad LEAN, creada dentro del Clúster, para trabajar por la innovación. En ella se comparte conocimiento y experiencias; aprenden los unos de los otro y se ayudan; y promueve la interactuación entre los agentes públicos, privados y la sociedad, con el objetivo principal del aumento de la competitividad de sus miembros, mediante la difusión, intercambio y aplicación de la metodología LEAN en todo el sector del hábitat.
Está claro que el empleo de recursos en innovación y aplicación de nuevos modelos productivos resultan una necesidad inmediata para el crecimiento del ámbito de
la construcción y, por tanto, se trabaja para despertar el interés por parte de las empresas.
Aceleremos la confianza en el sector por parte de los usuarios, consumidores e inversores, por un lado, y entre contratistas, subcontratistas, técnicos, proveedores, promotores y administración pública, por otro, proporcionando lo mejor de nuestras organizaciones a través de la entrega de valor dirigida hacia el cliente, con inversión
en innovación y trabajo colaborativo.
Ofrezcamos una solidez a nuestras empresas para dirigirlas de forma competitiva hacia el camino de las nuevas tecnologías, necesarias para la formulación del nuevo modelo que Europa nos exige, y pongamos el foco en la recuperación y resiliencia a través de la transición verde, la transición digital y la cohesión territorial en las que la construcción es uno de los vectores clave.
Demos un paso más e incluyamos de forma automatizada, en el proceso productivo, la aplicación de tecnologías habilitadoras esenciales de digitalización, fundamentalmente Analítica -BigData, IA y Cloud Computing-, o a través de recursos como sensórica e IOT, para desarrollar las actividades productivas en un marco de industrialización que además permita responder a las demandas socioeconómicas actuales.
Este desarrollo industrial induce una fuerte reactivación y mejora en la calidad de vida de la población. Por ello el colectivo de empresas proveedoras del sector de la construcción en Castilla y León (constructoras, ingenierías, arquitecturas, empresa de servicios auxiliares y fabricantes de materiales y bienes de equipo) y, fundamentalmente, las pymes, están buscando soluciones de inteligencia de negocio eficaces, que puedan operar en tiempo real, y que integren modelos personalizados de gestión y colaboración.
De esta motivación nacieron los proyectos LICITIA y SMART CONTRACT DATA, los cuales se centran en solventar una necesidad detectada, a modo de demanda temprana de tecnología, buscando una aplicación experimental para el sector de la construcción y servicios auxiliares en la comunidad, a través de un sistema de innovación abierta y colaborativa. Necesidades que se resuelven mediante aplicaciones de Industria 4.0, ya que pueden facilitar, de forma sencilla, un sistema de inteligencia competitiva, que dotarían al sector de mayor consistencia económica y le permitirían actuar como estabilizador, conformando un ecosistema capaz de vertebrar la construcción y la sociedad, de la mano de la sostenibilidad, la digitalización y la economía circular.